(1) Curiosidad humana o un sentido del análisis exagerado?
Este es el primer pensamiento de otros muchos que seguirán entrelazados con sus números correspondientes, independientemente de los pensamientos no enlazados con éste principio de libro.
Muchas veces me sorprendo a mi mismo observando lo que tengo alrededor, y sinceramente, no entiendo el motivo; parece que siempre estoy buscando algo que analizar o algo que estudiar; en principio no parece malo ¿verdad?, el problema radica en que esa actitud analítica aparece siempre en momentos no apropiados, como reuniones con amigos, cenas de pareja, charlas con los hijos, y sus miradas resultan un tanto extrañas cuando las dirigen hacia mi y me dicen abiertamente que deje de pasar el scanner sobre ellos; antiguamente me lo pedían por favor, pero hoy en día ya ni eso; ¿será que les resulta molesto? Sé que sí, sin embargo para mí es bastante complicado evitar hacerlo.
Una de las preguntas que constantemente se repiten en mi cabeza es precisamente esa, ¿por qué soy tan analítico? ¿por qué siempre quiero saber los significados de gestos y reacciones de las personas que veo? ¿por qué me dejo llevar por esa necesidad de querer saberlo todo? Y la pregunta más acuciante: ¿por qué soy capaz de preguntar tantas veces seguidas “por qué”?
Aunque en apariencia éste tema se podría plantear con un toque humorístico, he llegado a la conclusión, triste conclusión, de haber encontrado el motivo para tener tal desaguisado en mi cabeza. Cualquiera que me conozca un poco lo sabe, y es algo tan simple como haberme pasado años realizando esos análisis por necesidades profesionales.
Sí, necesidades profesionales; dicho así parece algo serio, y aunque en el fondo lo es, no quiero dar ese enfoque típico de cualquier teórico a éstos temas. Tan sólo quiero transmitir mis experiencias, que ayudadas por algunos estudios específicos y mucha bibliografía, me han llevado a comprender algo más al ser humano, pero sólo en lo que se refiere al proceso de comprar y vender, que para otros temas ya hay personas mucho más capacitadas que yo y con muchísima más paciencia.
Antes de seguir por éste camino, me gustaría dejar una cosa bien clara, no pretendo realizar un manual mágico de cómo aumentar las ventas, ni tampoco establecer unas pautas de autoayuda para ser más feliz, sin embargo sí quiero establecer una comparativa entre lo que significa vivir y lo que significa conocerse a sí mismo para vender mejor; y no es complicado, tan sólo hay que olvidar viejos tabúes de sistemas obsoletos de venta y recordar las cosas básicas que todos sabemos como ser humano que somos; y aunque algunos sean más humanos que otros, la base existe; si dejamos de querer ser lo que no somos, si llegamos a conocer nuestros límites y si llegamos a saber enfrentarnos a nuestros temores, encontraremos un nuevo yo en nuestro interior, el cual nos ayudará a ser distintos de todos los demás sin perder nuestra esencia.
Eso es lo que quiero transmitir.